MAR Y SAL: UN VIAJE SOSTENIBLE POR LAS SALINAS DE CANARIAS

El archipiélago canario no podría entenderse sin la sal. De la misma forma que el Atlántico ha rodeado siempre sus tierras, las salinas también han ocupado sus costas durante siglos. Esos yacimientos en los que se aprovecha el agua del mar para extraer su sal han posibilitado una labor folclórica que ya forma parte de la historia de Canarias.

Sus maestros artesanos, los salineros, continúan todavía a día de hoy ejerciendo un oficio centenario. Se aprovechan canales que desvían el agua del mar según la marea (también conocidos como tomaderos) y se espera a que el sol la evapore hasta formar salmuera. Luego, esa sal en proceso de cristalización atraviesa unas zanjas hasta los llamados tajos, donde terminará de evaporarse el agua y podrá recogerse finalmente la sal.

No es el único proceso de salinización, ni tampoco es automático. El salinero ha de estar presente para asegurar unas buenas condiciones, tanto en el terreno como en las construcciones de las salinas (los muros, los canales, los pozos, los molinos…). Un trabajo arduo que, con la modernización y la implementación de la llamada Ley de Minas (1973), se ha ido extinguiendo en todo el mundo.

Según los datos del Gobierno de Canarias, habían más de sesenta salinas en funcionamiento a finales del siglo XIX. Hoy, apenas quedan nueve en todo el archipiélago, como las Salinas de Janubio, en Lanzarote, o las Salinas de Fuencaliente, en La Palma, cuya producción se ha visto afectada por la ceniza del volcán de Cumbre Vieja.

Estos lugares, más allá de su importante productividad, se han convertido en un reclamo sostenible y cultural. Una oda a las tradiciones y su relevancia gastronómica, y una visita ineludible para los turistas. Prueba de ello es la subvención de 103.000 euros que han recibido recientemente las Salinas de Janubio, a través de una iniciativa de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca a favor del ecoturismo y la economía azul.

En HECANSA también perseguimos el desarrollo económico sostenible y, como empresa focalizada en la educación, buscamos impartir esos valores a nuestros estudiantes. Colaboramos, así, con profesionales que transmitan los conocimientos más relevantes del que es el ingrediente más fundamental: la sal. De esta forma, ¡difundimos los principios y la importancia de un futuro sostenible!